Los audiolibros, mi nueva afición

Quizá tú también has experimentado la sensación de ser incapaz de concentrarte cuando lees. Avanzas media página y retrocedes dos párrafos enteros. O ni siquiera recuerdas qué pasó en el capítulo anterior. ¡Qué rabia da! Ante un drama lector de tal magnitud como este, veo dos opciones posibles para salvarlo. En primer lugar, desistir. Olvidarse de la lectura por unos días o semanas, hasta que eso que obstruye tus ganas de disfrutar empapándote de otra vida que no sea la tuya, se vaya lejos. Nunca he sido de abandonar, soy más bien de perseverar, insistir hasta pecar de testaruda y agotar mi energía en empresas que, inconsciente o conscientemente, sé que será imposible llevar a buen puerto. Al quedar exhausta, al menos me queda el consuelo de haberlo dado todo. Pobre y absurdo consuelo, dirán algunos.

En una de estas me encontraba yo cuando decidí probar la otra opción posible: escuchar los libros. Que no, que no es leer, no he dicho que lo sea. Pero escucho la historia escrita, me la cuentan. Me pareció una idea morrocotuda. Conduzco una hora diaria entre la ida y la vuelta al trabajo. ¿Qué tal si durante ese tiempo amortizara la cuota de la plataforma Audible? Y eso empecé a hacer. Más por disfrutar, la verdad. 

Hasta entonces el rey había sido el podcast. Soy fan de la Contrahistoria, El escritor emprendedor, Onda Celicidad, Un día de libros… En fin, grabaciones de temas que siempre me interesaron. Los escucho en la app iVoox. Ahora los intercalo con audiolibros. 

Te voy a recomendar los últimos que he reproducido en mi móvil y que han sido los artífices de que hoy te cuente que ha nacido para mí una afición de posibilidades infinitas.

En primer lugar, escuché Por si las voces vuelven, de Ángel Martín. A estas alturas de la película seguramente habrás oído hablar de él. Ángel tuvo un brote psicótico y en este libro explica cómo sucedió todo, o más bien, cómo lo percibió, en primera persona. Es interesantísimo por el contenido e impactante que sea su propia voz quien te lo cuente. No dura mucho, así que diría que se asemeja a tomarse un café largo con un amigo que necesita sacar todo lo que sintió en una experiencia inquietante y que ha marcado su vida para siempre.

Al terminar me acordé que hace tiempo regalé un libro que me hubiera encantado leer y lo busqué en la plataforma. La sospecha de Sofía, de Paloma Sánchez Garnica. Probablemente sea el que más enganchada me tuvo de todos. No era sólo el trayecto al trabajo, lo escuchaba mientras cocinaba, me duchaba o planchaba. Desesperada por saber cómo se sucederían los acontecimientos. Te voy a revelar solamente que la historia se ambienta entre Madrid y Berlín, cuando España era una dictadura y la capital alemana se dividía en República Federal y República Democrática. Una familia española, aparentemente convencional y acomodada, empieza a tambalearse por el inesperado pasado de uno de sus miembros. Conforme vas conociendo a los personajes se hace ardua la tarea de diferenciar los principales de los secundarios. Son todos poderosos, fuertes, de personalidad definida y claramente distintos unos de otros. Inolvidables ellos e inolvidable la trama. Terminar es comenzar a interesarte por otros libros de la autora, que, por cierto, fue finalista del Premio Planeta el año pasado con su título Últimos días en Berlín.

Cuando a todos nos asaltó la inesperada y triste noticia de la muerte de Almudena Grandes, me planteé seguir en mi particular maratón auditivo con una de sus historias. Encontré La madre de Frankenstein y no lo pensé mucho. El título es inquietante, no llegaba a imaginar el significado del mismo y le di al PLAY. Otro acierto. Estaba en racha. Parecía la historia de Aurora Rodríguez Carballeira, una gallega que podría haber utilizado su inteligencia y la de su hija para algo productivo, pero sus hechos la llevaron a residir en el hospital psiquiátrico de Ciempozuelos. Sin embargo, ella no es la única protagonista. De hecho, su historia sirve de hilo conductor para enlazar las vidas de los auténticos personajes principales de la novela. Como la anterior, se sitúa temporalmente en los años de la dictadura, cuando Franco dirigía el país, la guerra civil no estaba tan superada y los ojos del vecino observaban con la misma intensidad que años atrás. Un joven psiquiatra que vuelve del extranjero a su país, se da de bruces con esta situación y lidiar con ello no va a ser tan fácil como creía. Hace ya mucho que me la recomendó una buena amiga y he tardado demasiado en seguir su consejo. No se volverá a repetir.

Entre las muchas listas que hago de libros que quiero leer y que voy dejando en el móvil, en la cocina, en libretas o en la agenda, había una que leí por casualidad mientras desayunaba. Y ahí encontré el siguiente audiolibro que me iba a acompañar en los próximos días: Los ingratos, de Pedro Simón, Premio Primavera de Novela de 2021. Narrado en primera persona, la voz de un niño, ya encerrado en el cuerpo de un adulto, nos describe su infancia. En concreto, los años en los que su madre, maestra de escuela, estuvo destinada en un pueblo lejos de Madrid, donde trabajaba su padre. Resulta conmovedor la manera en la que uno percibe el mundo cuando es niño y cómo un día sustituimos esa visión por la realidad, que la vida nos mantiene oculta hasta que somos adultos, como si nos protegiera de algo. Como si se empeñara en ofrecernos para siempre un sitio confortable al que volver.

Si de pequeño aún jugabas en la calle, tu madre tejía jerseys y tus mayores aventuras tuvieron lugar en el mundo rural, es tu libro. Sólo por el mundo en el que te sumerge David, el protagonista, ya merece la pena. Es un viaje que, aunque por edad no me toca de pleno, sí roza mis propias experiencias vitales y será por eso que sonreía cada poco. Además, también soy hija de maestra y ella tampoco se refería a mi hermano y a mí cuando decía “mis niños”.

Desde que descubrí Instagram, soy un poquito más feliz. Es la verdad. Allí encontré, entre otras, una comunidad de gente que lee, que lee mucho. Navegar por sus perfiles es mejor que pasar horas en una biblioteca o una librería. Veo muchísimos libros que me podrían interesar y además con opiniones de lectores reales. Lo dicho, se me va el tiempo ahí, lo reconozco. Pues bien, El encanto, de Susana López Rubio, es una de esas novelas que aparece últimamente mucho por la red. Decidí que sería mi siguiente audiolibro y sí, seguí con la buena racha. Un joven asturiano queda huérfano de padre y madre tras la guerra civil española y emigra a Cuba, donde construirá una vida. Cuenta con una triste maleta y su innata soltura e imaginación, acompañadas de una buena planta y muchas ganas de demostrar que vale para todo. Lo vamos a acompañar durante muchos años y muchas aventuras. Es un libro con protagonistas y antagonistas muy marcados, con multitud de pequeños y grandes conflictos que te mantienen despierto y es, sobre todo, una historia ágil, interesante y muy agradable. Me ha encantado.

Si has leído o escuchado alguna de estas novelas, dime qué te han parecido, me gustará conocer tu opinión. Son todas lecturas de vida, como les llamo yo, no me han causado daño alguno, no me han despertado malos recuerdos, ni provocado pesadillas, ni crudas imágenes… Al contrario, me han mostrado vidas interesantes, duras algunas, pero todas admirables. Sobre todo, me han dejado personajes que traspasaban el papel, o las palabras escuchadas en este caso, y que recordaré durante mucho tiempo.

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