Autora: Laetitita Colombani

Las lecturas conjuntas me han traído muchas alegrías y la actitud necesaria para afrontar novelas o autores que, por decisión propia, nunca habría elegido ni descubierto. Pero, todo es susceptible de un “pero”, existen historias que merecen todo tu tiempo, sin esperar en la meta de la semana al resto de lectores. Son esas que recomendarías al vecino que te encuentras en el ascensor o a la cajera del súper, porque mientras las lees, y cuando las acabas, tu día a día transcurre reteniendo la ilusión de haber descubierto esas páginas. Y te parece injusto, no estás siendo sincero con el mundo, conoces la forma de sentir bonito, de recuperar la fe en la humanidad, de sonreír con todo el cuerpo y dormir a pierna suelta. Pero te callas. Porque si lo anunciaras a todo aquel con quien te cruzas parecerías un inadaptado, un elemento desencajado en una sociedad que pretende una imagen sin aristas. La trenza te va a hacer sentir así, un traidor lector conocedor del secreto para conservar la esperanza en sus escasas doscientas páginas.

Smita limpia retretes en La India y tiene una hija a la que quiere dar un futuro mejor. La exposición del cómo lo intenta hace que le des ánimos al final de cada frase y te acelera el corazón.

Giulia es la tercera hija de un empresario italiano a punto de perder su negocio y cuya bancarrota guarda con sumo celo. Giulia adora a su padre, a través del cual ha visto siempre la vida. Ahora abrirá los ojos y prescindirá del filtro que la ha protegido durante tanto tiempo.

Sarah es una canadiense de éxito. Una mujer que cumple con todas las exigencias actuales del mercado laboral. Sin grietas, sin prioridades personales, sin más sueños que ascender en su trabajo. Una enfermedad asoma a su cotidianeidad y el terremoto va a ser inevitable.

Las historias de estas mujeres están contadas desde un narrador omnisciente. Así, la autora pone a disposición del lector toda la información, la que se ve y la que subyace a cada acción. Consigue que la introspección de los personajes traspase las hojas y empatices. Si leer es sentir, La trenza es ejemplo de ello.

Sientes amor, rabia, indefensión, pasión, desasosiego… Quizá podría escribir un párrafo enumerando las emociones que transmite la novela. También profundiza en el tema de la familia, esos lazos que pueden debilitarse o fortalecerse según las circunstancias y las respuestas que demos a las situaciones en las que nos coloca la vida.

Termino repitiendo la razón por la que recomiendo esta novela: la esperanza. Nada es porque sí. El mundo que nos rodea está hecho pedazos, es irrebatible, pero yo me agarro a aquello que aún queda en pie. Creo que lo hacemos muchos, de forma más o menos consciente.  ¿Para sobrevivir? Para ser felices, diría yo. Si eres de los que esta idea le parece demasiado cursi, que peca de ingenuidad y que la vida te da más palos que alegrías, lee La trenza. El mundo no tiene por qué ser ese lugar tan hostil que algunos nos muestran con ahínco cada día, para que quede impregnado en nuestras cabezas y en las de los que vienen detrás.

Vuelve a creer en las personas, en la humanidad compartida, en la energía que nos une.

Rompe el bucle de derrotismo, ira y crueldad con que nos quieren tapar y quédate con la esperanza.

Título: A trenza (versión en gallego)

Autora: Laetitia Colombani

Nº de páginas: 195

Rinoceronte Editora

Año de la edición: 2021

Año de publicación: 2017

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