¡Qué manía con hablar de culpas! Suelo decirlo en mi día a día. Hace tiempo que dejé de culpar a nadie y sustituí ese resorte por “responsabilidad” o simples “circunstancias”. Cualquier frase que contenga la palabra culpa conlleva una condena y casi nunca sigue a un hecho juzgado con objetividad. Sin embargo, ¡qué bien puesto está este título!

María Solar nos presenta una historia en dos tramas, una actual y otra pasada, que se van a entrelazar con originalidad y algunas sonrisas, aun encontrando un poso de dolor e impotencia que te persigue palabra a palabra.

Amanda hereda de una desconocida, cliente habitual del banco donde trabaja. A partir de aquí se desarrolla la trama actual. Cuando Amanda, que no se queda tranquila si no sabe de dónde viene esa herencia, comienza a investigar junto a un vecino periodista, no hubiera sospechado ni en sueños dónde acabaría, ni quién era esa señora en realidad.

La otra parte, la del pasado, tiene como protagonistas a dos chiquillas que se ven obligadas a escapar de sus hogares en Galicia para buscar la vida al otro lado del charco. Son tantas las aventuras descritas y las emociones compartidas con la narradora, que lo hace en primera persona, que te olvidas como lector de plantearte hacia dónde te lleva eso. Sólo te dejas arrastrar por un texto que te empuja. A través de hábiles prolepsis, o saltos al futuro, consigue que quieras continuar embebido entre sus páginas.

La estructura me ha parecido uno de los puntos fuertes de la novela. Es una manzana roja que brilla en una caja repleta de manzanas verdes apagadas. Quizá os ocurra lo que a mí. He leído muchas historias con capítulos del presente y del pasado de la misma, que se intercalan y son cortísimos como método para aportar misterio y provocar que no sueltes la lectura. Demasiadas. La culpa, sin desvelarte qué medio usa para narrar la historia principal, es una introducción, un cuerpo y un desenlace. Bien definidos. El cuerpo no te distrae, no juega a esconderte nada, no te desorienta. Funciona justo al revés, sientes que la lectura te ayuda a recolocar hechos, nexos y emociones. Justo eso es lo que te hace avanzar. Un paralelismo con la vida real, sé mucho y quiero saber más. Me ha encantado.

Aviso de que es una novela valiente en la que aparecen temas tan difíciles de recrear como el abuso, el maltrato, la salud mental… Hay más, pero no está en mi ánimo desvelar nada que te lleve a tirar ni un poquito del hilo de la historia.

Acerca de los personajes diré que son pocos, como a mí me gusta, y bien trabajados. Cuando acabas de leer la novela sabes cómo son, además de lo que les pasó o lo que hicieron. Constituye una tarea complicada saber transmitir la personalidad mostrándola, engranándola en la sucesión de la trama y haciéndola avanzar al mismo tiempo.

Mirta y Marcela, las niñas gallegas, te dejan con la boca abierta un montón de veces, pero muchas. Amanda parece tan predecible… Enric, el periodista, anda motivadísimo con esta historia de la herencia. Ninguno cuenta con la culpa, que una vez se une a tu camino ya no deja de apretarte la mano. Y así, adherida cual garrapata, sella sus destinos. 

Título: A culpa

Nº de páginas: 334

Autora: María Solar

Editorial: Xerais

Año de la edición: 2023

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