Autora: Åsa Larsson.

Protagonista de una trama de asesinato que la obliga a despertar fantasmas del pasado.

Me apetece inaugurar esta categoría del blog con un libro blanco, inevitablemente asociado en mi cabeza a un tiempo y un lugar lleno de buenos momentos. La nieve de sus paisajes de otoño, invierno y hasta de la primavera. Las nubes de su cielo encapotado. La decoración en madera blanca y elegante. El color de la piel de sus habitantes que sólo sabe mantener ese sol que les ilumina sin dañarlos. Blanco es el fair play que llevan por lema desde pequeños y blanca la luz que adoran y veneran cada 13 de diciembre. Aurora boreal emana Suecia en cada frase de su historia.

La autora, como su personaje principal, nació en la región sueca desde la que se observan preciosas auroras boreales y es abogada. De ahí el gran conocimiento legislativo y las claras descripciones del paisaje que rodea toda la trama. La novela tiene un comienzo contundente, que cumple la doble función de sorprenderte por tan madrugador pellizco de atención y garantizarte la incertidumbre de futuras ocasiones similares en los capítulos que siguen. Es una novela negra y como tal abre sus brazos para ir atrapándote hasta que crees que perderás el aliento y después soltarte de golpe. Pero tras la presión puede que no todo vuelva a su sitio.

Huir y volver son acciones que se contradicen hasta en la voluntad de ejecución. Rebecka Martinsson nace en Kiruna y estudia derecho. Vive en Estocolmo y se convierte, involuntariamente, en protagonista de una trama de asesinato que la obliga a despertar fantasmas del pasado.

Tras esta declaración de intenciones la historia conecta de forma intermitente y breve con fragmentos de otra vida que reconocerás porque están escritos en cursiva, ayudando así a colocar cada escena y que los datos aportados vayan cobrando sentido a buen ritmo en nuestra cabeza. La reflexión la deja para las formas de ser de los personajes. El carácter de los lugareños no es muy charlatán y Larsson nos invita a captarlos en profundidad a través de acciones y palabras escasas. Puede que el nudo del suceso se deshaga antes si lo miran un par de ojos nórdicos capaces de intuir cómo puede desarrollarse la forma de actuar de uno u otro.  Descubrirás muchos personajes pero la mayoría no son descritos en profundidad y quizá por eso no te provocan apego. Cuando lo pasan bien o lo pasan mal no tiendes a la empatía. En esta sucesión de pistas, informaciones, lazos con el pasado y relaciones de amistad no se te incluye. Parece que la verdadera intención sea quitarle sentimiento, si le quitas eso, ya no duele. Es ajeno a ti. O puede que la autora crea que es esto precisamente lo que nos acerca a Rebecka…

Y como para todo hay una excepción, existe Sanna. Sanna es especial. Ella te genera tristeza, enfado, compasión, desprecio, una montaña rusa de emociones. Proyecta inestabilidad y autenticidad a un tiempo. Es la incoherencia y el sentido común caminando de la mano.

La iglesia ha despertado siempre interés por seguidores y detractores. En la historia que nos ocupa, la Biblia y el papel de los pastores rigen el modo de vida de los habitantes de la localidad. Aunque no todos son lo que parece. Tratar de vivir apartada de las personas que proyectan una imagen y esconden la verdadera es engañarse y entrar en un bucle sin fin. Puedes escapar de unas y enredarte con otras, o puedes reaccionar mirando hacia dentro y sintiendo que las diferencias entre seres humanos no son tantas.

La novela transcurre en pocos días y cada día se subdivide en capítulos cortos. Además, existe una separación por momentos: amanecer y atardecer. Es un guiño a la situación geográfica de Kiruna y su característica climatología. Sabrás con su lectura qué significa “la hora del lobo” y puede que hasta su uso se adapte a tu rutina. Parece hacer referencia a la película que lleva por título dicha expresión, dirigida por Ingmar Bergman y que pertenece al género cinematográfico de terror. ¿Intencionalidad? ¿Simple guiño a su país? ¿dicho sueco nacido del cine?

Tras el viaje a Kiruna a través de Aurora boreal sólo pienso en la nieve, la gélida temperatura, las botas enterradas al andar, una taza de algo humeante dentro de una cabaña y un amanecer increíble. Erizada la piel y no es por el frío.

Editorial Seix Barral.

Colección Booket, Noviembre 2010.

Año de publicación: 2003

Premio de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra 2003.

Nº de páginas: 381

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2 comentarios

  1. Me ha causado muy buena impresión. Nunca hubiera imaginado poder trasladarme a sus paisajes y sus casas de madera con su lectura.
    Y, muy pocas novelas me han acelerado el pulso y me han hecho leer más rápido para saber qué sucede después.

    ¡Gracias, por la recomendación!

    1. ¡Cómo me alegro de que lo hayas pasado bien leyéndolo! A mí me pasó lo mismo, cuando se asoma de noche desde la casa y solo hay oscuridad y nieve…es que parece que estás allí. Gracias por tu comentario. Saludos.

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