Francisca Autora: Ana González Duque
Así, de entrada, no suelo leer sagas, bilogías, trilogías y compañía. Pero claro, que no sean mi prioridad no significa que no haya leído y disfrutado algunas. Si no puedo separarme de los protagonistas porque me han atrapado el corazón, sigo con otra obra protagonizada por ellos y doy mil gracias al autor por ser tan generoso con la comunidad lectora. Adelanto que me ha pasado justo eso con Proyecto Bruno. Alguna vez lo he dicho, tengo mala memoria para las historias y buena para los personajes.
Pues bien, leyendo y leyendo hemos llegado al final del curso escolar. ¿Ya? En fin, quiero regalarle a mi sobrina lecturas que le complementen las vacaciones y además sean una puerta de entrada al instituto que comienza en septiembre. Con esa intención rondando en mi cabeza se me cruzó su nombre: Ana González Duque. Hace dos o tres años me enganché a su podcast, El escritor emprendedor, y ya no he dejado de seguirla. Leí La casa de los principios, una novela feelgood que deja muy buen cuerpo y se disfruta mucho. Recordé que en algún medio hablaba de otras dos novelas: Proyecto Bruno y Planeta Caro, protagonizadas por una pandilla, El club de los raritos. Adolescentes en efervescencia, que diría yo, y así llegué a la decisión de adquirir un ejemplar de cada y leerlos a ver si era lo que buscaba.
PROYECTO BRUNO
Es el último curso del instituto y llega un alumno nuevo a clase. Se llama Bruno y está buenísimo. Más de una persona babea por él. Entre ellas Elena, que tiene la firme creencia de que todo, incluso el amor, responde a una fórmula científica. Su mejor amigo, Ed, piensa todo lo contrario. Jorge y Caro completan el cuadro. Cada personaje ha sido dibujado y perfilado con distintos colores. Las personalidades de todos difieren unas de otras y, sin embargo, encajan para darnos una lección de comprensión y empatía. Nos recuerdan qué significa la amistad, si es que alguien por ahí lo ha olvidado.
En casa viven su particular realidad familiar y el instituto es el espacio que comparten, como ocurre en cualquier contexto educativo.
Elena quiere conquistar a Bruno y se centra en un método científico para hacerlo. Ed se siente incómodo cuando mira a Bruno porque no sabe si los demás perciben qué siente cuando lo hace. Jorge está centrado en sus concursos frikis y su afición por comer… ¿Nada más? Y Caro, que llegó la última a la pandilla, se ha convertido en el equilibrio que necesitaban y en la mejor amiga de Elena, sin embargo, nos sorprende con un secreto que le provoca un miedo terrible.
En capítulos cortos, casi cortísimos, diría yo, Ed y Elena, en primera persona y de forma alterna, nos narran todas las vivencias de las que van siendo el centro y sus sentimientos en todas ellas. Se hace difícil soltar la novela, y eso que estoy a unos añitos de distancia de los protagonistas…
PLANETA CARO
Seguimos en el último curso del instituto, a punto de terminarlo. Caro se exaspera cuando ve a su ex con su nueva novia y para colmo no soporta a Tiago, que es el primo de Ed. Sus amigos se ven felices, como si no existieran los problemas en el mundo y ella no sabe o no puede llevar la vida como antes.
Elena intenta entenderla pero Caro está muy cerrada. Tiago intenta hacerse el simpático, pero con él ni siquiera tiene que fingir amabilidad porque no es su amigo, así que se comporta cortante y enfadada todo el tiempo.
La historia te va a enganchar al nivel de la anterior, ojalá te pudiera contar cositas que ocurren pero me daría mucha pena que no lo disfrutaras como lo he hecho yo. Te puedo desvelar que aparecen temas LGTBIQ+ de nuevo, bullying , algún problema de salud mental… Y mucho amor, de nuevo enredos y continuos intentos de mantener la paz con personas muy distintas a ellos.
Los capítulos, con la misma estructura que Proyecto Bruno, esta vez están protagonizados por Caro y Tiago. En esta novela quizá se haya visto más la relación de padres y madres con sus hijos, o que yo he puesto el foco en ello, a veces ocurre.
CONCLUSIÓN
Para concluir diré que los protagonistas de las dos novelas nos llevan de la mano suavemente por una sociedad diversa, actual y muy real, con inconvenientes tan molestos como la intolerancia, los conflictos de pareja, la discriminación, la homofobia o el bullying. Éstos se tratan de un modo muy natural, se les asigna un papel secundario pero brillante, para que no escapen a ningún lector. De hecho, revolotean alrededor del tema principal que constituye el centro de la trama y que es el amor, ese sentimiento que nos confunde y nos determina, que rige nuestras reacciones más espontáneas y que nos conduce a un salseo juvenil tan sano como divertido y entrañable.
Como adulta, con estas lecturas he vuelto a mis diarios, aquellos que escribía a solas en mi habitación, y he sonreído capítulo tras capítulo. He reconocido en estos personajes a la niña que fui, no identificándome con ninguno de ellos sino con la atmósfera creada por la autora. Me he reencontrado con mi yo del pasado. Aquella jovencita y la persona que soy hoy se han mirado a los ojos a través de estas páginas y se han sentido orgullosas la una de la otra.
Sin duda, va a ser el regalo de verano perfecto para mi sobrina. ¿Qué libros has pensado regalar para el verano y a quién? Dame ideas… Algún día habrá que hacer un post sobre la adicción de regalar lecturas y no sólo de devorarlas.
Título: Proyecto Bruno
Autora: Ana González Duque
Nº de páginas: 153
Autopublicado
Título: Planeta Caro
Autora: Ana González Duque
Nº de páginas: 142
Autopublicado
Año de publicación: 2021
