Autora: Mari Jungstedt.

La isla de Gotland en Suecia es el centro de los sucesos que se originan y que dan continuidad a la trama de Nadie lo ha visto. No hace falta saber mucho más para que se produzca un impulso que lleve a buscar imágenes del lugar y así adelantarse visualmente a la ambientación que nos espera para los distintos capítulos.

Helena vuelve a Visby, ciudad principal de la isla, para pasar unos días de verano junto a su novio. Dan una fiesta con unos antiguos amigos que aún viven allí. A la mañana siguiente el cuerpo de Helena aparece en una playa. Ha sido asesinada. En un lugar pequeño el hecho puede provocar una conmoción general y un grave peligro económico a un destino tradicionalmente turístico para los suecos. El terror se apodera de Gotland cuando otra mujer corre la misma suerte sólo unos días después. Ambos cadáveres presentan una inesperada e inexplicable característica común.

Entre los personajes no me ha parecido ninguno especialmente carismático. El comisario Knutas, encargado de la investigación, es un hombre de vida apacible y emocionalmente estable. Su colega más cercana, Karin, una mujer joven que ha conseguido el respeto de todos venciendo algunos tópicos aún latentes aunque no muy visibles. Los demás inspectores y agentes no están pincelados con detalle. En el otro lado, los habitantes de Gotland y familiares de las víctimas. Todos son utilizados como instrumentos para componer la historia, para dar sentido y coherencia al avance de la investigación.

Si bien los difuminados personajes nombrados podrían ser sólo una excusa para dejar brillar a Johan, periodista y buscador incansable de novedades en el caso que le ocupa, y Emma, mejor amiga de la primera víctima. A ellos sí llegamos a conocerlos mejor e incluso a intuir cuáles son sus posibles próximos movimientos en las distintas circunstancias planteadas en el escenario de la trama.

La autora narra los hechos con una prosa fácil, ligera y directa. Es sencillo seguirla. Es lo más sobresaliente del libro, el acceso tan asequible a los hechos ocurridos. Y la ambientación. Escribir sobre lugares reales, calles o tiendas, ayuda a acercarse a la historia, a convertirla en una posibilidad más allá de la ficción.

Mari Jungstedt nos brinda la oportunidad de pensar en temas en los que no se detiene casi nada. Los deja ahí, posados entre sus letras, casi no los percibes: las relaciones familiares, la amistad, la vida matrimonial o en pareja, el rol de los abuelos, cómo se forja el carácter de una persona…Alguno más hay pero revelarlo podría arruinar el factor sorpresa que merece el lector.  En definitiva, mucha psicología del comportamiento humano y de su característica como un ser social.

Para amantes de la novela policíaca. Esta es la primera novela de una saga de tres pero se puede leer de forma independiente. Nadie lo ha visto no es un thriller. Su lectura no te va a crear más dependencia que comer macarrones con tomate un día a la semana. Sabes que va a ser agradable, satisfactorio y garantía de una felicidad transitoria. Que no es poco.

Y claro, vas a descubrir otra región sueca…

Editorial: EMBOLSILLO.

Nº de páginas: 284.

Año de la edición: 2010.

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